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¿Existe el cambio climático?

La realidad es indiscutible: existe el cambio climático y tiene como origen la actividad humana.

Citando una fuente sobradamente competente, un informe conjunto de varias instituciones científicas norteamericanas declaró lo siguiente:

“A juicio de la mayoría de los científicos del clima, el calentamiento de la Tierra en las últimas décadas ha sido causado principalmente por actividades humanas que han aumentado la cantidad de gases de efecto invernadero en la atmósfera” (The National Academies, 2008).

Por lo tanto, es un hecho que existe el cambio climático y, en particular, el calentamiento global. Además, ambas son consecuencias de carácter antropogénico. Para que no quepa duda sobre el rigor de la cita y sus conclusiones, entre las mencionadas instituciones se encontraba la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos.

Energía y cambio climático

Ahora que ya tenemos claro que existe el cambio climático, conviene aclarar que el sector energético cobra especial relevancia en su corrección. Veamos cómo afecta al planeta la liberación de ciertos gases:

1. A día de hoy, las fuentes de energía de origen fósil continúan satisfaciendo más del 80% de la demanda mundial.

2. En el proceso de combustión, producen calor y electricidad, además de gases de efecto invernadero (GEI) tales como dióxido de carbono, óxidos de nitrógeno, etc.

3. Estos gases se acumulan en la atmósfera y rompen el equilibrio entre la radiación recibida del Sol y la reflejada por la superficie terrestre.

4. Esta última es de frecuencias más bajas y vuelve a la Tierra en mayor proporción de la habitual por la presencia de GEI, lo cual provoca un aumento de la temperatura atmosférica.

Este recalentamiento general de la atmósfera, hidrosfera, criosfera y superficie terrestre, aparte de ser un problema en sí mismo, provoca otras alteraciones negativas. Algunos ejemplos:

  • La pérdida de masa de hielo polar.
  • El aumento del nivel del mar (inundando amplias zonas costeras densamente pobladas).
  • La mayor frecuencia de fenómenos climáticos extremos (inundaciones, sequías, huracanes) con el consiguiente aumento de movimientos de población (migración climática).
  • La disminución de la biodiversidad.

Desde el comienzo del siglo actual en que ha quedado patente que existe el cambio climático, las energías renovables han ido ganando protagonismo en la contribución dentro del mix energético a nivel mundial. Sin embargo, el aumento continuado del consumo total de energía año tras año implica que las cantidades de emisiones de GEI sigan aumentando.

Así, gracias a la digitalización, los procesos de generación de energía se han sentido optimizados y, por consiguiente, las emisiones de gases contaminantes también se han reducido considerablemente.

Ante esta situación, nos encontramos con un escenario de calentamiento inexorable del planeta. Las concentraciones actuales de dióxido de carbono atmosférico exceden los niveles que se estima elevarán la temperatura media del sistema climático de la Tierra en 1,5 °C antes del año 2050. Sin una acción drástica en el presente, adaptarse y frenar estos impactos en el futuro será más difícil y costoso.

Hay que tener en cuenta que hablamos de un fenómeno global, a diferencia de otros daños medioambientales que tienen carácter más localizado, tales como la polución  atmosférica, el vertido de contaminantes al mar o la lluvia ácido. Ese carácter global hace más difícil alcanzar consensos internacionales para atacar el problema de manera coordinada.

Así, gracias a la digitalización, los procesos de generación de energía se han sentido optimizados y, por consiguiente, las emisiones de gases contaminantes también se han reducido considerablemente.

Conclusión

Ante el desafío histórico que supone el cambio climático y ante sus efectos ya palpables, es urgente:

1. La reacción de los distintos agentes sociales.

2. El establecimiento de acuerdos internacionales que involucren el compromiso de todas las partes para la toma de decisiones.

3. La puesta en marcha de medidas reales que comiencen a mitigar los efectos, cada vez más evidentes, del cambio climático sobre el delicado equilibrio del planeta.

Dentro de este proceso, los científicos y tecnólogos del clima, respaldados por la sociedad y por los gobiernos, pueden y deben contribuir a la ejecución de una acción climática. Esta estará basada en el conocimiento científico generado en universidades y centros de investigación, así como en su transferencia a la industria, especialmente en el sector de la energía.

Fuente:VIU

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